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La tecnología avanza a un ritmo vertiginoso, lo que nos permite mejorar la calidad de los sistemas de seguridad. Este es, sin duda, uno de los argumentos a tener en cuenta a la hora de considerar la renovación de nuestros sistemas de alarma. Además, será necesario considerar que estos dispositivos se van quedando obsoletos con el paso del tiempo. Del mismo modo, que los ladrones mejoran y afinan sus técnicas para hacerse con nuestras pertenencias. Renovarse o morir, esa es la cuestión.
En la mayoría de los hogares españoles, habita alguna mascota. Lo más frecuente es encontrar perros o gatos, aunque también puede haber otras especies de animales. Se trata de un factor a tener en cuenta a la hora de instalar una alarma o sistema de seguridad para que no se produzcan problemas o falsas alarmas. Los sistemas de alarma inteligentes mejoran sus prestaciones, para detectar la presencia de mascotas y no da lugar a situaciones de alerta por el movimiento de los animales. Cuando hay mascotas en el interior de la vivienda, habrá que configurar la alarma de forma adecuada para conseguir un nivel de protección adecuado con la máxima fiabilidad.
Nadie duda del hecho de que los incendios son, realmente, peligrosos. Ya que pueden ocasionar graves pérdidas materiales y, además, ponen en riesgo incluso la vida de las personas que se encuentran en el recinto donde se ha producido el incendio. Si, por ejemplo, comienza un fuego en una vivienda donde los habitantes están dormidos, es posible que no se despierten, muriendo asfixiados por inhalación de humos. Riesgos que se pueden prevenir con la instalación de un sistema o equipos contra incendios.
El trabajo de los ladrones es minucioso y mucho más laborioso de lo que parece en un primer momento. Como ocurre con otros oficios, los maleantes se afanan para conseguir sus objetivos. Por ello, siempre aparecen nuevas técnicas para el asalto de viviendas o centros comerciales, que se suman a otras más convencionales e, igualmente, efectivas. Las técnicas del butrón y el alunizaje son dos de las más frecuentes y, habitualmente, muchos usuarios las confunden, aunque no tienen nada que ver. Un butrón se produce cuando los ladrones abren un agujero en el suelo, la pared o el techo para acceder a un inmueble a cometer sus fechorías. Mientras que un alunizaje, se produce mediante la rotura de las lunas de un escaparate al impactar con un coche contra la vidriera.
Los adultos, generalmente, somos conscientes de los riesgos y peligros que corremos cada día. Sin embargo, los adolescentes tienden a pensar que esos riesgos son irreales, exagerados, que nunca les va a pasar a ellos. Por este motivo, es necesario extremar las precauciones de seguridad cuando hay jóvenes de estas edades en casa. Es necesario hablar con ellos y hacerles entender que los riesgos son reales, que están al acecho. Hacerles partícipes de las noticias de sucesos que narran los periódicos para que sean más conscientes de la necesidad de protegerse.
Aunque pueda parecer imposible, muchas veces un determinado robo no se detecta rápidamente. En ocasiones, podemos tardar en darnos cuenta de que nos falta algún objeto de valor. Descartamos el robo porque no hay indicios de que nadie haya entrada en nuestra vivienda e, incluso, asociamos la falta a un despiste nuestro que ha provocado la pérdida. Generalmente, somos benévolos con aquellos que nos rodean, pero es posible que alguien que conocemos y a quien le permitimos entrar en nuestra casa decida llevarse algo de valor que sabe bien donde se guarda. Sin forzar cerraduras, sin revolver los cajones y sin que nos enteremos hasta algún tiempo después.
Solemos pensar que la oscuridad de la noche es el mejor disfraz para un ladrón, que los delincuentes actúan con nocturnidad y alevosía. Es lógico que tengamos esa idea preconcebida, ya que es lo que nos venden en las películas y las producciones televisivas. Obviamente, es necesario incrementar la seguridad de zonas más vulnerables, como la puerta de atrás o las ventanas. Colocar sistemas de alarma sofisticados o detectores de movimiento son cuestiones a tener en cuenta. Pero, al contrario de los que pueda parecer, los ladrones prefieren el día a la noche y generalmente suelen cometer sus asaltos utilizando la puerta principal.